Las rupturas en el arte mexicano
Dejando atrás el arte europeo y posterior a la Revolución Mexicana, el Presidente Álvaro Obregón solicitó a su Secretario de Educación Pública José Vasconcelos que hiciera llegar el arte autóctono a una población 90% analfabeta.
Para este fin, Vasconcelos recurrió al Muralismo, de gran tradición en México, y contrató a muchos artistas entre ellos los más destacados: José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera.



Surgieron los murales de José Clemente Orozco en el Colegio de San Ildefonso en la Ciudad de México, así como en el Hospicio Cabañas de Guadalajara, Jalisco.

Los murales de Diego Rivera en Palacio Nacional, en la Ciudad de México.

Generación de la Ruptura
Está constituida por un grupo de artistas mexicanos y extranjeros que en la década de los 50s se resistieron al seguimiento de los valores que representaban los muralistas y la temática nacionalista y revolucionaria. Este movimiento espontáneo y no organizado buscaba la libre expresión del estilo y desarrollo de la creatividad de cada artista. Entre ellos se encontraban Manuel Felguérez, Alberto Gironella, Pedro Friedeberg, José Luis Cuevas, Vicente Rojo.
José Luis Cuevas
José Luis Cuevas llegó a México en uno de los barcos que trajeron a hijos de refugiados de la Guerra Civil Española.
No regresó a estudiar arte a España como Vicente Gandía, y optó por romper con las pinturas de caras bonitas y dibujar figuras con rostros desencajados, que reflejan al refugiado sufriente. Estudió en París.

Manuel Felguérez
A Manuel Felguérez, originario de la ciudad de Zacatecas, le tocó introducir el dibujo por computadora en el arte mexicano.

Abajo su obra “Agenda 2030” en la sede de Nueva York de las Naciones Unidas (ONU), obsequiada por el Gobierno de México en 2018.

Pedro Friedeberg
A Pedro Friedeberg le corresponde el último brinco del siglo XX, pasando a las serigrafías en serie.
Son impactantes sus esculturas, sus sillas por ejemplo.


Obras Relacionadas
Las técnicas en la obra gráfica
Una obra gráfica es una obra de arte realizada con la intervención directa de un artista, en la que utiliza diferentes técnicas artesanales sobre diversos soportes (tales como madera, piedra, metal o tela), para transferir su obra en determinado número de copias, ya sea a papel o tela, de acuerdo a la técnica de impresión que seleccione. Dichas técnicas pueden ser grabado, litografía, serigrafía, entre otras.
La edición de una obra gráfica es limitada, y cada una de las obras están numeradas y firmadas por el artista.

Las litografías

Las litografías son hechas con el apoyo de piedras calizas planas. El artista utiliza tantas piedras calizas como colores lleva la obra. Se empieza a imprimir el color más claro, terminando con el negro.

Se dibuja con lápiz graso que luego se endurece para hacer la impresión.
Los grabados
Un grabado se hace sobre una hoja de metal o sobre un plástico/acrílico muy duro.
Se utiliza una placa para cada color. Se raspa la placa con punta seca, o se disuelve con líquidos ácidos.


Las serigrafías
Originalmente las serigrafías se hacían con hojas de seda, recubiertas de cera. Hoy se usan puntos de tintas al agua. La o las tintas pasan por la parte dónde se ha quitado la cera.





